miércoles, 5 de octubre de 2011

Apología de la tontería

Voy a llevar un poco la contraria (lo siento, Willy Toledo) a todo ese tsunami que está arrasando internet a ritmo de rap. Ayer, twitter sacudía sus cimientos con la detección de Pablo Hasél, un cantante de rap antisistema que la semana pasada era apenas un don nadie y hoy ha alcanzado la categoría de estrella mediática. El motivo de la detección, atropello, linchamiento fascista o como le hayan querido bautizar se resumía en tres palabras: apología del terrorismo. En un abrir y cerrar de ojos, todo el que tiene un posicionamiento medianamente izquierdoso en este país se colocó al lado del tal Hasél, cuya especialidad es atacar verbalmente a cualquier animal, vegetal o cosa que se menee en las altas esferas a golpe de rimas.
No digo yo que parte del discurso de Pablo Hasél no tenga una base lógica. De hecho, creo que sí la tiene y merece ser escuchado. Pero llega un momento en que se la va pelín la olla y empieza a gritar barbarides cayendo en la trampa de siempre: el que más grita o más amenaza es el que más razón tiene. Pues va a ser que no. Ni Pablo, ni Aznar, ni Nelson Mandela, ni Castro albergan el derecho divino de desear la muerte de una persona en público e inflamar proclamas con semejante aspiración. El chaval éste ha llegado a soltar lindezas del calibre de "Yo fusilaría a Zapatero en la plaza de Las Ventas" (muy bien elegido el sitio, con mucho tronío), "Yo seguiré brindando cuando ETA le vuele la nuca a un ppero (estupendo; una lacra menos en la sociedad) o ese cántico tan suyo de "Vivan los Grapo". Si el yoismo de aquí el menda-centro-del-universo ya da que pensar, eso de los Grapo da que potar.
Por si el amigo Pablo no se había enterado, los Grapo, o Grupo de Resistencia Antifascista Primero de Octubre, son una excisión maoísta del PCE, un grupo terrorista que, desde su fundación, allá por la década de los 70 creo recordar, ha matado a unas ochenta personas, entre ellas, algunos que se encontraban tranquilamente departiendo de sus cosas en una cafetería madrileña en el año 1979. Entre las dádivas de paz y amor que se ha dedicado a repartir la banda -que se calificaba a sí misma de antisistema, cómo no-, destacan secuestros, extorsiones y otras actividades extraescolares igual de gratificantes. Por tener, tiene hasta un arrepentido de lujo, Pío Moa, un gallego expulsado de los Grapo en el 77 y que hoy colabora en ese aleccionador diario llamado Libertad Digital. Y no solo eso, a quien le interese saber algo más del señor Moa, que no deje de leer sus divertidas teorías sobre la guerra civil española, que según él surgió en 1934 tras un golpe de estado de ciertos sectores de izquierdas contra la república. Uno ve solo lo que quiere ver, está claro.
Cualquiera con mínima capacidad de reflexión lee esto y piensa que a Pablo Hasél se le ha ido un poco la pinza. Eso o que es un niñato que no suelta más que barrabasadas para destacarse de la masa. Personalmente estoy completamente a favor de la libertad de expresión y que cada cual diga lo que quiera aunque yo no lo comparta. Es bueno sembrar las simientes del debate. Pero no tengo tan claro que uno pueda hacer de su capa un sayo y ensalzar el asesinato si tiene un púlpito desde el que emitir soflamas. Hemos criticado muchísimo a los imanes cuando hacen apología del machismo, a ciertos líderes de derechas cuando invocan el fascismo como solución de todos los males, pero nos hace una gracia tremenda ver a este hombre deseando que ETA se cargue a esa media España que nos cae fatal. A mí, personalmente, me resulta difícil reírle los chistes.
Que conste en acta que a otros de los discursos de este chaval les sobran motivos. Pero se puede ser Robin Hood sin ejercer de Freddy Krueger en los ratos libres. Enric Duran, a quien Pablo a veces menciona, es un tipo con un discurso articulado, una valentía encomiable y una ideología tremendamente atractiva. Pero no me lo imagino subiéndose a un escenario pidiendo la muerte de Rajoy, el asesinato de Zapatero y deseando que los Grapo repartan su buena coleción de hostias.
Eso sí, no podemos negar que esto le ha sentado mejor que bien al rapero desconocido que, dicho sea de paso, a estas horas ya está libre. Entre ayer y hoy se ha convertido en héroe y mártir de adolescentes y antisistema. Felicidades. Difícil superar tamaña hazaña, majete.

1 comentario:

  1. Era un don nadie antes de la detención?
    como sabes cuantos seguidores tenia antes si no lo conocias? Dices que no tiene el derecho de desear la muerte de usureros, pero Obama si puede (desear) matar a quien le dé la gana (y no precisamente de gente muy culpable.
    Algun dia gente EGOÍSTA como tú no podrá esconder la verguenza ante la razón que nos dará la historia. Vivan los grapo que son los únicos consequentes que hacen ALGO.

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