viernes, 10 de junio de 2011

Victoria

Hoy había varias noticias que comentar: la caída de la cúpula española de Anonymous (la policía lo ha comunicado vía twitter; qué modernos somos), la subida del tipo de interés en la zona euro (Merkel se está ganando el cielo)... y sin embargo he decidido que voy a centrarme en una chorrada. Chorrada en la forma, que no en el fondo. Al parecer, Victoria Beckham, tan pinturera ella, ha declarado "ser madre trabajadora es duro" y se ha quedado tan ancha. Vamos, que no se le ha movido ni una extensión. Lógicamente, la pija hablaba por experiencia propia, porque como madre de tres hijos y un cuarto en camino, y, además, diseñadora de moda, se ve que no le llegan las horas para desarrollar su vocación de ama de casa con delatantal fashion. Ya imagino a la pobre, sufriendo por no poder limpiar los baldosines de sus cuartos de baño con Cristasol... Un sinvivir.
Daría risa si no sonrojara tanto. Es aberrante que alguien que tiene el dinero suficente para pagar ayudantes, camareras, mayordomos, cocineros, chóferes, niñeras etc., se queje de que lo difícil que es conciliar. Lo verdaderamente jodido, con perdón, es trabajar de 8:00 a 8:00, vivir en un ay pendiente de que tus hijos no se pongan enfermos porque no podrías atenderlos, llegar a casa y preparar cenas y baños, tener tiempo para los demás y nunca para una misma, no poder permitirte el lujazo de contratar una canguro, etc. A ello hay que añadir que no a todas las madres les espera David Beckham cuando llegan a casa hartas de la vida. Aunque, tras las jornadas maratonianas, a muchas no les quedarían fuerzas ni para arreglarle el tupé.
Se ve que a la Beckham le sobra desparpajo y le falta humildad. Imagino que con declaraciones de esta ralea intenta dotar de profundidad a una personalidad a la que parece faltarle un hervor. Es lo que tiene vivir en el mundo irreal: uno se acostumbra al oropel y piensa que lo normal es el lujo y el glamour. Y los que no disfrutamos de semejantes parabienes, lo tenemos bien merecido, por ser tan lerdos. Y, sobre todo, lerdas.
No envidio la vida de Victoria. Ni sus casas, ni sus amigos, ni a su marido. Quizás porque bastante tengo con vivir la mía. Tampoco imagino lo que puede ser entrar en un debate dialéctico con esta persona. Enriquecedor, lo dudo. No se puede ir por la vida de sobrada soltando memeces y luego quejarte de que se ríen de ti. Con lo mona que está callada y con tocado... Desde mi modesta ventanilla de atención al internauta, yo le recomendaría que destinara los beneficios de su última colección a fundar una ONG que ayudara a las madres del mundo a conciliar: personal gratis para atender a los niños y dejar que sus mamás se dedicaran a diseñar, a cantar, a ir al fútbol o a salir de compras con Katie Holmes. A lo mejor lo probamos y nos damos cuentas de que, efectivamente, Ms Beckham lleva una vida de mierda. Como la de cualquier madre de vecino.

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