Notición de hoy: científicos coreanos han hecho un descubrimiento que cambiará el mundo tal y como lo conocemos. Al parecer, el tamaño del pene está estrechamente relacionado con la diferencia de longitud entre los dedos índice y anular de la mano derecha. Cuanto más iguales sean estos, más largo será el miembro viril y viceversa. ¡Albricias! No sé cómo habíamos sobrevivido hasta el día de hoy sin conocer semejante y trascendental dato.
Imagino a todos los hombres del mundo contemplándose la mano y preguntanto "¿verdad que los tengo parejos?". O, lo que es peor, a esos machos de barra de bar gesticulando cual cantante de Locomía para demostrar que tienen unos dedos de escaparate y, consecuéntemente, un pene de ídem. Más tontas seremos nosotras si nos perdemos semejante regalo de la naturaleza a las mujeres.
Vaya por Dios. Ahora que las féminas habíamos aprendido a sopesar proporciones de narices y pies imaginando la correlación con otra parte del cuerpo, vienen los asiáticos y tiran tantas horas de entrenamiento por la borda. Y, además, con detalles, porque al parecer se han dedicado a medir y calibrar intensamente diferentes zonas del físico masculino y dedos y pene son los que más se relacionan íntimamente. No han explicado si es porque ambos están habituados los uno al otro y el cariño hace la longitud, o porque les sale así de natural.
Para que la cosa no quede en broma de patio de colegio, los científicos coreanos han añadido que lo suyo va a tener muchas virtudes y su consiguiente efecto benéfico en el estudio de enfermedades como el cáncer de próstata. De ser así, bienvenido sea. Confiamos en que la proporción de la mano femenina también sirva para avanzar en la investigación del cáncer de mama. Por pedir que no quede.
Algún gracioso, que siempre hay, ya se ha preguntado si esto es aplicable a todo el mundo, porque teniendo en cuenta la fama de que los asiáticos la tienen pequeña, el resto del universo puede dejar de mirarse la mano mañana mismo y pasar a su otra actividad favorita: mirarse el ombligo. Queremos una respuesta, ya.
En mi opinión, éstas son cosas muy entretenidas para matar el tiempo y dar forma a unos cuantos chistes de bar. Pero, insisto, me preocupa que fondos públicos y privados se dediquen a investigar factores de este cariz. Aunque, claro, hay que respetar el derecho de los coreanos a hacer con su dinero lo que les plazca. También me mosquearía, de ser creyente, el que los obispos hayan empleado dinero de los contribuyentes en publicar manuales para curar la homosexualidad pero, claro, tienen tantos ratos de ocio que lo que me extraña de verdad es cómo no han ideado una máquina que suelte agua bendita y penitencias en los Vending de las príncipales empresas. Una tiene que estar en todo.
Pues nada, a darle un buen uso al descubrimiento y a sus instrumentos, la mano y el pene, que mañana viene otro y dice que el tamaño tiene mucho que ver con el tener o no un lunar en la planta del pie y ya la hemos liado. Ánimo y al toro.
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