Quien dijo aquello de que "la política hace extraños compañeros de cama" no suponía lo acertado que estaba. La cuestionable erótica del poder se convierte muchas veces en unidireccional y el que se cree un regalo de Dios tiende a pensar que todo lo que se mueve va a caer bajo su hechizo, sea humano, animal o cosa. Lo que ciertos políticos no logran entender es que pierden mucho en el cuerpo a cuerpo y no todos estamos dispuestos ni tenemos el estómago preparado para deshacernos de gusto ante el maravilloso encanto de ególatras, abusones y chabacanos varios.
Recientemente nos han contado como Dominique Strauss-Kahn, el hombre que maneja los dineros del mundo, intentaba trajinarse a una camarera de hotel simplemente por el hecho de ser él mismo con su mecanismo. Nada de proceso de seducción, flores, poemas e invitación a tomarse un kebah seguido de botellón. Para qué, si uno vale su peso en oro. Se ve que a este hombre le basta con su sola presencia para dejar a la población femenina muerta de amor y henchida de placer. El problema es que las mujeres hemos entendido que el derecho de pernada se extinguió hace siglos y no somos ni tan tontas ni tan manejables. Si caemos, lo hacemos con honores, en una relación de tú a tú (yo te doy, tú me das), no de esclavitud impuesta. O al menos eso espero.
Antes del affaire DSK, teníamos el glorioso ejemplo de Berlusconi, "el amigo de las niñas". Desde que dijo aquello de que su intención era vivir más de 100 años, cada vez que veo al viejo verde de Bola de Dragón me resulta una cara conocida. Don Silvio opina que su sex appeal es marciano y tiene razón, porque raro, imposible y absurdo lo es un rato. Al parecer, la vida le ha demostrado que puede comprar cualquier cosa con dinero, incluida carne fresca, y ahí lo tenemos, metiendo mano a cualquier moza que no pase de los 25. Ellas sacarán sus beneficios de estos encuentros suigéneris, pero ahora mismo no me puedo imaginar lo necesitada que puede estar una para aproximarse a menos de dos metros de Berlusconi, ni el asco que se puede llegar a sentir tras permitir que este hombre y/o sus amigos, te magreen a discreción.
El machismo parece algo innato a la política, pero también es cierto que no hay nada peor que un tonto con poder. Entiendo que el carisma que dan ciertos puestos sea como una especie de varita mágica que mantenga arrobada a gran parte de la población femenina. Lo que no commprendo es que ello devengue en el uso y abuso del sexo como instrumento de sometimiento. De DSK se decía que era un tipo normal, cuasi virgen, apegado a su novia de toda la vida, hasta que empezó a medrar y vio todo lo que el dinero podía lograr. Imagino que al principio las relaciones serán consentidas, pero, con el tiempo, uno acaba pensando que tiene derecho a todo y a todas. Mal negocio cuando necesitas recurrir a factores tan alejados de tu personalidad ni tu físico, porque sabes que si solo hicieras gala de estos dos últimos no te comerías ni una rosca.
El problema es de estos cafres, pero también de quienes les ríen las gracias y aceptan sus chantajes. Entiendo que a veces alguien pueda estar tan mal que no le quede de otra, pero soy incapaz de empatizar con una situación así y tiendo a pensar que siempre hay otra salida. Lo dicho, me parece marciano: Alien vs. Predator.
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