martes, 19 de abril de 2011

La pija y el chándal

Ayer, Paula Echevarría, nuestra (al parecer) chica más fashion, se descolgó con unas declaraciones en las que aseguraba no conocer la palabra chándal ni sus aplicaciones. Los foros comenzaron a echar humo y hubo un internauta muy incisivo que decía que si no conocía la palabra chándal, a lo mejor es que tampoco sabía lo que significaba biblioteca.
Vamos por partes, como diría Jack El Destripador. Por poco que Paula haya ido al cole, es imposible que no sepa qué es un chándal. Eso o que no pudo asistir a clase de gimnasia por algún impedimento físico, lo que no parece su caso. Y si frecuentó la escuela, imposible su ignorancia sobre lo que es una biblioteca. En todos los colegios de este país hay una, imagino o, por lo menos, una estantería repleta de libros.
A los pijos se les supone un nivel intelectual bajo de serie. Y en eso tienen mucho que ver nuestros prejuicios. Si son ricos, guapos y tienen la vida más fácil seguro que algo les falta. Y en lo cultural hacen aguas, faltaría plus. Primero, porque no lo necesitan; segundo, porque han estado tanto tiempo cultivando su físico que el intelecto se les ha quedado menguado. Una lástima.
Yo no me lo creo. Pienso que todos tenemos acceso a la cultura y allá cada cual con su conciencia. Tampoco es que ahora nos vayamos a llevar El Quijote durante los viajes al metro para demostrar que somos unos intelectuales de pro. Más que nada porque pesa un montón. Uno es lector íntimo de libros, en su espacio, en su casa y a la hora de dormir. Y es lector público de revistas y periódicos: en el bar, en la consulta del dentista... A nadie se le puede discutir lo que hace en la intimidad si no lo comparte con nosotros.
Todo esto me lleva a recordar que una vez entrevisté a un cantante y compositor, muy famoso aún ahora, al que todo el mundo suponía concienciado y ávido perseguidor de conocimientos. En un momento de la entrevista se me ocurrió criticar aquel episodio en el que Bush se jactaba de no haber leído nunca un libro. Su respuesta: "¿Y? Yo tampoco he leído un libro en mi vida y mira qué bien me va". Por cierto, el éxito de aquí el amigo duró solo un disco. Ahora sigue renqueando en el mundo de la música y haciendo declaraciones fuera de tono. La última vez que lo entrevisté parecía más sensato. A lo mejor es que se había leído Crepúsculo. Menos es nada...

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